Esta actividad ayuda a pasar de los animales nocturnos a los animales de la oscuridad (los que viven en las profundidades del mar) abre una oportunidad maravillosa para mostrar a los niños cómo la vida se adapta a la falta de luz —una conexión natural entre zoología, geografía y asombro científico. El objetivo directo es que los niños comprendan que la oscuridad no es mala, sino un ambiente natural que exige adaptaciones especiales.

